jueves, 15 de agosto de 2013

PEQUEÑA RESEÑA

En 1535 el conquistador ibérico Alonso de Heredia, hermano del fundador de la histórica CARTAGENA de Indias, en su plan de expansión por descubrir y aumentar el dominio español llegó en su navegar rutinario hasta la ciénaga de Ayapel. Atraído por el embrujo de la belleza del paisaje que sus ojos contemplaron maravillados en esos momentos, de inmediato se asentó con sus acólitos a orillas de esta majestuosidad de la naturaleza para fundar a Ayapel. Eran predios del legendario cacique Yapé, quien comandaba al grupo de indígenas zenúfanos asentados en ésta parte naciente de la depresión momposina y desterrados con sus vasallos para ejercer el dominio que desde la madre patria se imponía.

 

La ciénaga de Ayapel hace parte del macro-sistema de humedales y zonas inunda-bles de la Depresión Monposina y es un sistema de lagunas sobre la llanura aluvial del Río San Jorge.
Cumple una función ambiental importante para la región y el país, pues modera los regímenes hidrológicos de las áreas tributarias que vierten sus caudales sobre ella, así mismo, alberga una gran variedad de especies de flora y fauna.

 AGUAS DE AYAPEL 

El territorio en su mayor parte es plano y cenagoso, y en su mayoría está por explorar. En su jurisdicción se encuentran las ciénagas de Ayapel, Las Brisas, Los Bagres, Playa Tendida, Páticos, Los Toros, Caimanera, Parva Danta, Los Cauchos, Cañaguate, La Ceiba, Atascosa, Los Zapales de la Miel y Los Pantanos de los Pájaros. Es una zona que presenta un drenaje mode­rado entre los cuales se destacan el río San Jor­ge, los caños, quebradas y arroyos: Monteadero, Zambitos, La Ceiba, Macho, Caño Barro, La Co­lorada, Las Escobillas y Quebradona, entre otras.


LA CIÉNAGA Es considerada la mayor reserva hidrobiológica del departamento. El área aproximada de la ciénaga de Ayapel es de 25.000 hectáreas. El espejo de agua tiene 
una longitud de 17 km en sentido norte-sur de extensión que la convierten en un inmenso espejo de agua, rico en biodiversidad. En sus orillas está la Iglesia de San Jerónimo, un bello templo que tiene en una de sus torres un pequeño reloj de sol que marca con precisión las horas del día, y es uno de los pocos de su tipo que se conservan en el país. Además, tiene el aire contemporáneo de las casas de campo construidas en sus orillas, su entorno invita a la práctica de deportes como esquí acuático, pesca deportiva, vuelo en cometa o paseos en confortables planchones.

El sistema ceganoso de Ayapel es relativamente somero, en época seca presenta 
profundidades de 50 a 80 centímetros en las partes bajas y de 2 a 3 metros en las partes 
profundas, mientras que en las épocas de lluvias la profundidad oscila entre 5 y 8 metros, 
que se encuentran en el sector próximo a la cabecera municipal y a lo largo de los caños 
principales, especialmente en el sector de afluencia del Caño Barro. La ciénaga tiene su 
nivel mínimo en los meses de marzo y abril y alcanza su máximo nivel entre agosto y 
septiembre, cuando se da un desarrollo explosivo de macrófitas acuáticas
 en la periferia, las cuales se desplazan en grandes masas flotantes taponando caños y dificultando la navegación. 



FAUNA 

La fauna avícola es la de mayor frecuencia en la zona de influencia de la ciénaga de 
Ayapel, pues tiene una amplia presencia, distribución y diversidad. Llegan aves migratorias 
provenientes de países con estaciones: unas son residentes y otras son visitantes 
ocasionales. Muchas de estas últimas migran local-mente, condicionadas por los regímenes 
de lluvias y por la disponibilidad de alimentos.
En el 2006 la CVS observo en la ciénaga de  ayapel un total de 178 especies de aves de las 
cuales 47 fueron acuáticas, lo que expresa la disponibilidad de alimento para soportar una 
comunidad amplia de especies acuáticas en su mayoría pescadoras. En el país hay 112 
especies de aves que se encuentran amenazadas de extinción, encontrándose 35 especies en la ciénaga de Ayapel y sólo una de ellas, la Chavarría (Cauma chavaria), está catalogada 
como vulnerable en el Libro Rojo de Aves de Colombia. Esta especie es considera “casi 
endémica” de Colombia y se encuentra en las zonas bajas del Caribe colombiano, en los 
humedales del bajo Atrato, hasta la base oeste de la Sierra Nevada de Santa Marta y valle 
medio del Magdalena en Bolívar.
Las especies ícticas en la ciénaga de Ayapel se han disminuido encontrándose sólo 12 especies como representativas. Estas especies son: 
bocachico, comelón,barbul , bagre rayado, pacora, blanquillo, moncholo, mojarra lora, 
mojarra amarilla, doncella, chango y viscaina. Las causas de su descenso son la utilización 
de métodos inadecuados de pesca, la extracción de ejemplares por debajo de la talla 
establecida por las entidades reguladoras y de control, y la contaminación de las aguas por 
el vertimiento de aguas negras y de productos agroquímicos.
En  la zona de estudio se encuentra una gran variedad de reptiles, los cuales han venido 
disminuyendo por la caza indiscriminada que persigue su piel y sus huevos, además por la 
intervención acelerada de su hábitat natural. Entre ellas están: ranas, sapos, morrocoy, 
hicoteas, babillas, saltarroyo, iguana, lagarto, lobito, lagartija, boa, mapaná, bejuquillo, 
guardacamino, coral, patoco, montuno, camaleón, salamanqueja y caimán. Entre las 
especies amenazadas están el caimán (Caiman crocodilus fuscus).